El exministro de Cultura italiano que dimitió por un escándalo, nuevo corresponsal en París de la televisión pública RAI
Gennaro Sangiuliano, que trabajaba en la cadena antes de ocupar la cartera, dejó su cargo en septiembre tras la polémica por sus relaciones con una asesora y aún está bajo investigación por presunta malversación


Las aventuras de Gennaro Sangiuliano continúan, y además serán televisadas. El exministro de Cultura de la ultraderechista Giorgia Meloni, miembro de su partido y que dimitió en septiembre en medio de un escándalo de vodevil por sus relaciones con una presunta asesora e influencer del ministerio, será el nuevo corresponsal en París de la televisión pública RAI, según han informado este viernes las agencias Adnkronos y Ansa y recogen los medios italianos. Si se confirma, será una decisión inédita en la política italiana, y tal vez mundial: a partir del mes de mayo, cuando el informativo de la RAI se conecte con la capital francesa aparecerá en pantalla un exministro contando las últimas noticias. Un exministro que, además, aún es investigado por el tribunal especial que se encarga de indagar a miembros del Gobierno para decidir si se somete al voto del Parlamento su procesamiento, en este caso por presunta malversación y revelación de secretos.
Sangiuliano, periodista, trabajaba en la cadena antes de ser nombrado para el cargo, y hasta 2022 era director del Tg2, el informativo de la segunda cadena pública, Rai2. También fue vicedirector del Tg1, el de la primera, en 2009, en la época de Silvio Berlusconi. Se daba por hecho que tras su salida de la política se le buscaría un hueco en la misma casa, pero no uno tan visible y que compromete aún más la imagen de independencia de los informativos, de por sí ya muy tocada durante esta legislatura. Desde que llegó al poder, en octubre de 2022, el Gobierno de Meloni ha extremado el control de la cadena pública. La oposición se lo ha tomado de forma irónica: “Esperamos que haya dejado finalmente de lado el rencor que caracterizó su breve y fallido compromiso político y que pueda ejercer su papel de corresponsal con la imparcialidad que debe caracterizar a toda voz de la televisión pública”, ha dicho el Partido Democrático (PD), principal formación de la oposición.
El sindicato de periodistas de la RAI, Usigrai, confirma que la dirección de la cadena le ha comunicado el nombramiento oficial y ha emitido un comunicado interno de protesta. “Hemos señalado un conflicto de intereses, porque se trata de una persona que ha salido hace poco del Gobierno actual, y aunque es un compañero que tiene derecho a recuperar su puesto de trabajo había otras soluciones para una situación menos expuesta a un conflicto. La RAI no vive un momento feliz desde el punto de vista de la independencia”, comenta por teléfono a EL PAÍS el secretario del sindicato, Daniele Macheda. Señala un solo precedente similar, hace 25 años: el del presidente regional de Lazio, Piero Badaloni, que tras dejar el cargo también fue nombrado corresponsal en París en 2000.
De este modo Sangiuliano, de 62 años, regresa a la vida pública por el mismo lugar en el que prácticamente fue visto por última vez, pues fue en el informativo de Rai1 donde dio su última entrevista, el 4 de septiembre de 2024. Fue un momento muy embarazoso, era un hombre abatido y machacado en su imagen pública por su relación con Maria Rosaria Boccia, de 41 años, que tuvo que reconocer ante las cámaras, pidiendo perdón entre lágrimas a su mujer, que por cierto también trabaja en la RAI.
Boccia había empezado a desvelar públicamente el romance con fotos comprometedoras en redes sociales, despechada por no haber obtenido un cargo en el ministerio que creía que le correspondía. Fue el culebrón del verano. Se descubrió así que esta pequeña empresaria de Pompeya que tuvo una tienda de vestidos de boda y luego fue organizadora de eventos, había comenzado a colaborar con el ministerio y participó en al menos ocho viajes oficiales, aunque no se sabía en calidad de qué. Además su currículum estaba salpicado de falsedades. La realidad es que mantuvieron una relación entre mayo y agosto de 2024 y ella le acompañó con su equipo en actos públicos.
En aquella entrevista el ministro aseguró que no se había gastado un euro de dinero público en esos viajes, que pagó de su bolsillo, y Meloni, que en un principio le defendió, rechazó su dimisión. Pero el escándalo fue a más, por la sospecha de que podía haber llamadas grabadas con otros miembros del Gobierno y la posibilidad de chantajes, y a los dos días el ministro cayó. Boccia había grabado incluso dentro del Parlamento y del Ministerio de Cultura con unas gafas de sol dotadas de cámara oculta, y divulgó correos electrónicos internos con el equipo del ministro
El epílogo ha continuado en los tribunales. Sangiuliano denunció a Boccia por acoso, interferencia ilícita en la vida privada, difamación y falsas declaraciones, e incluso violencia y amenazas: aparecieron fotos donde el exministro exhibía una aparatosa brecha en la cabeza, que según él fue resultado de una pelea. Entonces se recordaron unos días en los que aparecía en público una ostentosa tirita. Boccia prestó declaración la semana pasada durante cuatro horas, dijo que la herida se debió a una caída y los jueces retiraron esta última acusación.
El escándalo aumentó aún más la leyenda tragicómica de Sangiuliano, objeto de bromas por sus meteduras de pata y lapsus de cultura general ―“Colón seguía las teorías de Galileo”, dijo, aunque el célebre científico nació en el siglo siguiente―. En un ministerio, además, que en el diseño político de Meloni estaba llamado a ser un pilar de la acción de Gobierno, pues pretendía que diera un vuelco sociológico de extrema derecha en el ámbito cultural, campo históricamente dominado por la izquierda. Pero solo se le recuerda una exposición sobre el mundo de Tolkien y El Señor de los Anillos, gran pasión de Meloni y del mundo ultra.
El regreso del exministro a la pantalla deberá convivir con lo que aún vaya dando de sí la investigación judicial sobre sus relaciones con Boccia, que ha seguido dando carnaza a la prensa rosa. Por ejemplo, él ha acusado a la empresaria de la supuesta sustracción del anillo de matrimonio y en la historia surgió un posible embarazo. Está por ver si todo esto pasará a un segundo plano con los primeros planos de Sangiuliano, conectándose en directo frente a la torre Eiffel con el micrófono de la RAI.
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